Hemos descubierto que el nacimiento del desencuentro, y con ello, lo que nosotros llamamos el inicio de la separación, se da en periodo de tiempo corto, que no está siendo vivido de igual manera por los miembros de la pareja. Esto es, hay algo que no estamos consiguiendo vivirlo «juntos».

Y nos diréis, «en una pareja, eso pasa todos los días», y estamos de acuerdo. Pero con la llegada de los hijos, hay periodos cruciales, que en nuestra propuesta denominamos «transiciones filio-parentales», en los cuales, si la pareja no consigue transitarlo juntos, comienza a romperse algo sagrado entre ellos. Si no se afronta con rapidez, corremos el riesgo de que se convierta en el inicio de la separación.

Nuestra labor se resume en, tratar de acompañar a encontrar el momento exacto donde está teniendo, o tuvo lugar, el inicio de la separación. Una vez llegados a ese punto, el resto es mas fácil.

Os lo aseguramos.